domingo, 2 de febrero de 2014

La infoxicación de la infoxicación...

Es inevitable pensar y más aún reflexionar sobre como el uso y hasta el abuso de las TIC ha cambiado no solo nuestra forma de aprender, de enseñar, de compartir, de conocer, de relacionarnos, de informarnos o desinformarnos, también cambia nuestra actitud y en parte nuestra cotidianidad, nuestros roles se conservan en nombre y apariencia, porque ya no somos los mismos, nos olvidamos cada vez más de que educamos para un tiempo que no conocemos (el futuro).


El cambio propiciado por la web 2.0 es total. Somos productores de información, contamos ya con dos vidas, una digital y la otra (la que llevamos día a día), pero también somos consumidores y en ocasiones producto de la misma tecnología, parece que también nos fuéramos consumiendo en ella. Ha despertado de nuevo en muchos de nosotros la curiosidad perdida en la escuela, la curiosidad que una vez mato al gato, ya estamos en el ciberespacio y contamos con vida en la nube!!!.

¿Que traje nos protege de la exposición a la sobrecarga de información?, ¿Cual es el riesgo de contraer una infoxicación?, interrogantes que me conducen a plantear si en verdad tenemos exceso de información (la misma información repetida por diversos medios y/o canales) o falta de conocimiento (el para y el por que de las cosas). Es en este punto en donde hablamos de las competencias necesarias y obligatorias para filtrar la información, para deducir racional y críticamente que es lo más conveniente (para quien?, por que?...); hablamos de competencias digitales, de software o herramientas que nos ayudan a realizar adecuada, mecánica y automáticamente la tarea, a estas alturas en un ciclo que no tendrá fin. La educación no es ajena a la explosión de datos que buscan mejorar su eficacia (no su eficiencia).


Nadamos en un turbulento mar de información, en donde fuertes corrientes de bites parece nos arrastraran a aguas más profundas, en donde el conocimiento real parece, se vuelve más escaso.